Si bien algunos caballos salvajes de los que quedan a lo largo del mundo descienden de los originarios salvajes hay razas como el Przwalski que no desciende de los equinos domésticos. Otras razas como el Mustang son una raza protegida en Estados Unidos descendientes de los caballos traídos por los colonos hace más de 400 años por los colonos a América.
Los caballos salvajes en su comportamiento se mueven en grupos o manadas dominadas por un macho o semental así como varias hembras que cuidan de sus crías. En cuanto a los caballos jóvenes viven en la manada hasta que alcanzan la madurez sexual, es el momento en el cual son expulsados para unirse a otra manada junto con otras hembras.
El macho dominante de la manada es el encargado de proteger a la manada con toda su especie y protegerlos sobre todo de otros caballos salvajes se apareen con las hembras del grupo, de hecho siempre se encuentra al final del grupo para avisar a las yeguas del peligro si lo hubiera.
Mayormente los caballos son animales sociales, como miembros de una manada interactúan con otros caballos y continuamente utilizan un sistema de comunicación para que sus compañeros sepan lo que ellos quieren y lo que no quieren.
El instinto que guía a los caballos salvajes es muy fuerte y condiciona su comportamiento. También son capaces de diferenciar sabores como dulce, amargo, salado y ácido. El caballo salvaje se sitúa sobre en tres patas para descansar. Ese instinto le viene de muy atrás, cuando corrían el peligro de ser atrapados por otro animal en la noche.
Hoy en día existen reservas de caballos salvajes para preservar su raza y más importante volver a recuperar una raza casi extinguida. Forman parte de entorno rural y son objeto de visitas por las personas que quieren realizar un viaje al pasado. Hay muchos parques naturales en Europa y en España como es el caso de Salguero de Juarros.