Cómo identificar a tu caballo de un modo natural

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Cada propietario de un caballo tiene un modo particular de identificar al equino. Se trata de métodos que sirven, principalmente, para tener un registro de los caballos que se tienen o incluso para identificar a un ejemplar en especial. También son válidos e imprescindibles para cuando lo inscribes en concursos o para cuando quieres ponerlos a la venta.

Hoy en día cada vez son más los propietarios que quieren tener una marca para identificar a su caballo, sobre todo porque es muy recomendable a la hora de los seguros, llevar un registro de las vacunas y si hablamos de caballos que pastan libres para identificarlos en caso de juntarse con otra manada distinta.

Puedes identificar a tu caballo con métodos naturales o marcas artificiales que no perjudican ni causan daño al animal. Entre las más comunes se encuentran las siguientes:

Fotografía del caballo

Económica y sin ningún prejuicio para el equino. Solo hay que tener en cuenta que la fotografía sea en color para que se pueda distinguir perfectamente tanto la anatomía del caballo como su pelaje. El caballo tiene que estar en una superficie plana para que no se modifique la morfología. Con un total de cuatro fotografías es suficiente para sacar toda la anatomía: de perfil, tanto derecho como izquierdo, de frente y por detrás.

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Los espejuelos

Se trata de las placas del tejido córneo que son específicas tanto en tamaño y forma por cada animal. Están localizadas en la cara interna del garrón o tarso y también en el antebrazo, a unos 10 centímetros por encima del carpo. Los espejuelos se definen después del año de edad, son como las huellas digitales en el humano.

Remolinos y espigas

Se forman en el pelo y permanecen durante toda la vida en la misma ubicación, posición y forma. El remolino siempre se encuentra en forma circular y la espiga en forma lineal. Y por mucho que lo cepilles o cortes siempre estará en la misma posición. La frente, parte central del encuentro, parte ventral del cuello, parte lateral debajo de la crin y en la región de la laringe son las zonas más habituales. Las espigas podemos encontrarlas en la región de los ijares.


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