En muchos casos encontramos que los caballos tropiezan con frecuencia, tanto en los picaderos como cuando llevan a su jinete, pero nunca los vemos tropezar cuando están libres y no han sido domados, la razón es muy sencilla y es que la doma de base que ha recibido cuando era un potro ha estado mal, quedó algo inconcluso por lo que a continuación les explicaremos algunas maneras que hemos usado y que en la mayoría de los casos podemos corregir.
Las explicaciones de algunos expertos coinciden en la mayoría de los casos en una razón que suena bastante lógica y es que si bien el caballo ha evolucionado mucho históricamente no esta preparado para soportar peso en su lomo, esto es una costumbre que toma en vida no una habilidad que genética sino algo que aprenden en su vida y con la aplicación de una buena doma, que como siempre decimos recomendamos siempre los métodos naturales y no las técnicas antiguas en las que el maltrato para el caballo es terrible.
La manera para remediarlo es muy simple y tiene que ver con la paciencia cuando comenzamos a montar al potro, es muy importante comprender que el caballo pierde equilib
rio cuando siente a alguien arriba sobre todo en las primeras montas, por lo que también los tropiezos nos permiten tener un termómetro con respecto al equilibrio innato que tiene nuestro equino, el proceso puede llegar hasta un año desde el momento que lo montamos pero es muy importante evaluar que esta situación vaya disminuyendo, pero es un proceso que puede llegar a tomar hasta un año de trabajo.
El mejor trabajo solo lo puede hacer un jinete experto, ya que se requiere mucha paciencia, por lo que además es muy recomendable tener una buena silla, y desde este lugar debemos enseñar al caballo y llevarlo por diferentes obstáculos que le permita al caballo equilibrarse, siempre teniendo paciencia y como siempre repitiendo el ejercicio una y mil veces hasta conseguir nuestro objetivo, pero sin ejercer violencia.