Rocinante, el caballo de Don Quijote

Rocinante, el caballo de Don Quijote

Quién más quién menos conoce la asombrosa historia de Alonso Quijano, un hidalgo que se hizo llamar de Don Quijote de la Mancha, cuyas intenciones fueron intenta ayudar a los podres y desfavorecidos y lograr el amor de la supuesta Dulcinea del Toboso, quien en realidad es una campesina llamada Aldonza Lorenzo.

Pues bien, en todos esos recorridos, lo acompañaba un caballo. Un animal que pasó a ser un símbolo de todos los equinos que, desde hace más de 2000 años, ha acompañado al ser humano y le ha permitido llegar a territorios antes desconocidos. En este artículo hablaremos del caballo de Don Quijote, como personaje importante de la novela, pero también como aquel amigo que nos ha ayudado a salir adelante.

¿Cómo era el caballo de Don Quijote?

Don Quijote y Rocinante

Si tienes pensado recorrer largas distancias y vives en una época donde todavía no se han inventado los automóviles, necesitas un caballo que sea ágil, con una buena masa muscular, y que sea además tenga unas patas fuertes y resistentes, porque no sabes nunca cuando te puedes ver en la necesidad de salir corriendo rápidamente. Miguel de Cervantes, el autor de la novela, decidió pues que su protagonista principal tenía que ir sobre un corcel único y muy especial. Corcel es un término que significa caballo ágil y veloz, de gran alzada, que se emplea en batallas y competiciones.

Tenía el caballo, pero ¿cómo llamarle? Decidió que sería mejor idea que lo decidiera el propio Don Quijote, ya que a fin de cuentas, iba a ser su caballo. Pero no le resultó nada fácil. Según podemos leer en el libro:

«cuatro días se le pasaron en imaginar que nombre le pondría… y así después de muchos nombres que formó borró y quitó, añadió, deshizo y tornó a hacer en su memoria e imaginación, al fin le vino a llamar Rocinante, nombre a su parecer alto, sonoro y significativo de lo que había sido cuando fue rocín, antes de lo que ahora era, que era antes y primero de todos los rocines del mundo».

Sí, sí. Rocinante no fue un caballo con una vida fácil. No tenía toda la comida que necesitaba una vez que pasó a ser adulto. Siendo un potro, no le faltaba de nada y, por lo tanto, su salud era excelente; pero después poco a poco empezó a perder peso. Llegó a estar tan delgado, que pasaría a ser poco más que piel y huesos. Así y todo, fue el mejor caballo que Don Quijote podía desear, tal y como se puede leer en una de las páginas de la novela: »es mejor montura que los famosos Babieca del Cid y Bucéfalo de Alejandro Magno».

Historias de Don Quijote y su caballo Rocinante

Imagen de la novela de Miguel de Cervantes, donde se ve a Don Quijote y a su caballo Rocinante

A lo largo de la novela podemos leer la cantidad de sucesos que le va ocurriendo a Don Quijote y a su preciado caballo. Sancho Panza, el inseparable compañero humano del supuesto caballero, en más de una ocasión dejó ver que no le caía demasiado bien el caballo. Por ejemplo, cuando se sube encima de él a expulsar palabras no demasiado agradables: »probó a subir desde el caballo a las bardas; y así, desde encima del caballo, comenzó a decir tantos denuestos y baldones a los que a Sancho manteaban, que no es posible acertar a escribirlos…».

Sancho es un personaje que, si se le presenta la oportunidad, no dudará en cambiarlo al flaco caballo por otro:

«Lo que puedes hacer de él (se refiere al asno de Sancho) es dejarle a sus aventuras, ora se pierda o no; porque serán tantos los caballos que tendremos después que salgamos vencedores, que aun corre peligro Rocinante no le trueque por otro…».

Afortunadamente, Don Quijote jamás dejaría que tal cosa pasara: »aun espero en Dios y en su bendita Madre, flor y espejo de los caballos, que presto nos hemos de ver los dos cual deseamos: tú con tu señor a cuestas; y yo, encima de ti, ejercitando el oficio para que Dios me echó al mundo». Sin duda, este gran hombre, aunque sea no más que un personaje creado por la imaginación de uno de los más famosos escritores españoles de todos los tiempos, es un ejemplo a seguir para todos aquellos que respetan y cuidan de los caballos.

Don Quijote en la actualidad (desde finales del siglo XX)

Desde que se publicara por primera vez a comienzos de 1605, la historia de Don Quijote, aparte de llegar a todas las partes del mundo, ha servido de inspiración tanto para músicos, guionistas de cine y televisión, y por si esto todavía no fuera suficiente, se han hecho historietas, como la de Quijote (del 2000) de Will Eisner. Asimismo, también está presente en Internet, como en el portal de vídeos de YouTube.

Y es que, historias como esta, siempre perduran.

Esperamos que hayas aprendido mucho acerca de Rocinante, el caballo de Don Quijote.


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