Qué hacer si tu caballo se resiste al ponerle la cabezada

Yegua anglo-hispana con cabezada de Raid y filete Pessoa

En mi anterior artículo hablaba sobre cómo preparar a tu caballo antes de ir a la pista; tanto al ponerle la silla, como la cabezada. Decía que los caballos nerviosos pueden querer evitar este momento, dando problemas para colocar el equipamiento; pero sea nervioso o no, quizá tu caballo se resiste al ponerle la cabezada, y no hay manera de que te abra la boca. Esto es más frecuente de lo que debería, sobre todo en hípicas y clubes ecuestres.

Puede deberse a muchos factores, entre los que podemos destacar que el caballo, con mucha probabilidad, no se siente cómodo con el trabajo que realiza en pista, o con cómo es tratado cuando es montado. Desde luego, si el caballo se resiste al ponerle la cabezada, significa una negación a ser montado. Aunque también existe la posibilidad de que sea algo puntual, debido a problemas dentales, por ejemplo. Si tu caballo no solía tener esta manía, y le surge de forma repentina, debes llamar al veterinario de inmediato, ya que probablemente se deba a molestias dentales.

Como sea, es una manía difícil de quitar, e incluso hay caballos que la cogen aún cuando llevan una vida equilibrada. Puede que hayas oído o leído, que la principal «solución» es meterle un dedo por la comisura de los labios, donde se asienta la embocadura, y de esta forma debería abrir la boca; pero ya sé que no siempre funciona tan bien. Si estás desesperado y ya no sabes qué hacer para no vivir esa lucha interminable para que te abra la boca todos los días, aquí te traigo un par de trucos.

¡Endulza su paladar con miel!

Uno de los mejores trucos que hay para conseguir que tu caballo abra la boca es utilizar miel, u otro elemento parecido como el sirope de agave o el sirope de arce. Esta, al ser dulce, les atrae, convirtiéndose así en una buena forma de «camelarlos». Primero, échate un poco en la mano para saber si le interesa ¡si no harás una guarrada para nada! En caso de que la prueba sea exitosa, y tu caballo haya entrado en modo «dame más, humano», prueba a poner miel por toda la embocadura de la cabezada. Ahora solo te queda rezar y probar otra vez. El caballo debería sentirse atraído por ella y olvidar que lo que entra en su boca es su filete o bocado el tiempo suficiente como para que ya no haya vuelta atrás.

Truco o trato: manzanas y zanahorias

Si lo de la miel no te funciona, ¿qué caballo se resiste a una rica zanahoria? ¿Y a una jugosa y fresca manzana? Tu siguiente misión será distraerlo un poco con cualquiera de estas dos suculentas golosinas de forma que acabe abriendo la boca sin darse cuenta. Puedes aprovechar justo cuando la abre para coger la golosina, o intentar enganchar un trocito en el bocado o filete. Incluso puedes sujetar un trozo de golosina con una mano, y la embocadura (por los extremos) con la otra, para engañarle con el olor de la comida; muchos simplemente se creerán más listos que tú, pensando que pueden coger solo la golosina. Agudiza tu ingenio y conviértete en todo un engañador para conseguir tu propósito. Si pruebas a taparle los ojos quizá sea más efectivo (pero mejor como última opción).


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