El caballo está en constante riesgo de tener parásitos sobre todo cuando come alimentos y bebe agua que estén contaminados, de ahí, la importancia de desparasitar al equino.
Hay que desparasitar al caballo porque en el ambiente en el cual se mueve puede albergar parásitos los cuales sobreviven en el intestino del caballo y allí se reproducen mediante larvas. En la comida, la hierba, el agua es una fuente inagotable de parásitos.
Si bien el caballo expulsa muchos de esos parásitos mediante las heces en el prado es precisamente la fuente donde van a parar muchas de las larvas que a la vez se reproducen. Al desparasitar al caballo se rompe el ciclo de la reproducción de los huevos y se le evitan otras posibles enfermedades.
Entre los parásitos más frecuentes están los estróngilos grandes, éstos son los que se albergan en el intestino grueso y se trasladan por todo el organismo, lo cual pueden acarrear problemas más graves. Además son las que se encuentran en los pastos que suele ingerir el caballo.
Los pequeños estróngilos son los parásitos intestinales más frecuentes encontrados en los caballos. Más del 80% de los caballos contienen estos parásitos que se localizan a nivel del intestino grueso. Viven en la superficie de la mucosa intestinal y eliminan grandes cantidades de huevos con las heces.
La proliferación de los parásitos se incrementa si hay un clima templado y húmedo ya que hace que las larvas evolucionen más rápidamente en los prados. Estos son los causantes de que el caballo pueda sufrir de cólicos ya que favorecen los problemas digestivos.
El parásito oxiuros es el menos peligroso y se localizan en el recto e intestino grueso. Cuando el caballo lo tiene se frotan permanentemente contra las paredes, los comederos, etc., e incluso el caballo se vuelve más irritable.
De ahí la importancia de desparasitar periódicamente al caballo para evitar consecuencias y enfermedades mayores.