Una de las competiciones que más pasión siente los aficionados son las carreras al trote. El caballo trotón francés lleva más de doscientos años criado expresamente para las carreras de hecho es el deporte más popular en Francia.
La pasión por el trote trae consigo caballos preparados y criados para ello. Si bien la raza trotón no cuenta con un estándar fijo y varían en tipo, desde los que se parecen al purasangre a otros más sólidos y robustos con las espaldas más rectas, los caballos que no resultan para las carreras son buenos para saltar y montar.
Siempre ha habido dos tipos distintos de caballo anglonormandos, un bastante pesado, utilizado por la caballería para el tiro, y un caballo de enganche más ligero y veloz. A medida que se extendió la popularidad de las carreras al trote por Francia, la demanda del caballo de tipo ligero también creció.
El trotón francés mide 1,60 m, de color alazán, bayo, y marrón, es de constitución fuerte, con hombros fuertes, lomo corto, cuartos traseros muy musculosos, y patas largas y resistente. Tiene buen carácter. Se le utiliza para trote, carreras con silla y con arneses.
Las carreras de trotones, son una estilo de carreras de caballos en la que estos utilizan un paso específico (trote o paso). Por lo general, tiran de un carro de dos ruedas llamado sulky, a pesar de que en algunos lugares como Francia estas carreras utilizan la silla de montar.
En España no hay, al menos todavía, mucha pasión por el trote, de hecho el caballo trotón es muy poco conocido. Es en las Islas Baleares donde comenzó la afición por el trote con ejemplares fruto de un caballo castaño trotón Orlov y yeguas trotonas anglo-normandas, que fueron la base y que se cruzaron posteriormente con pura-sangres ingleses, Norfolk Roadster. Son caballos expresamente criados para las competiciones del trote.