El mundo de las carreras de caballos es fascinante, lleno de emoción y adrenalina, pero también está envuelto en el misterio y la controversia cuando se trata de la participación de organizaciones criminales. Durante mucho tiempo, se ha sospechado de la presencia de mafias y narcotraficantes detrás de algunas operaciones en el sector equino, especialmente en México y el sur de los Estados Unidos. Uno de los cárteles más involucrados en este mundo es el grupo criminal conocido como Los Zetas, quienes han utilizado los caballos para lavar dinero proveniente del tráfico de drogas.
La estrategia de los Zetas en las carreras de caballos
Los Zetas, una de las organizaciones más sanguinarias de México, encontraron en las carreras de caballos una forma ideal para lavar sus ganancias ilícitas. La investigación llevada a cabo entre 2010 y 2013 por el FBI determinó que el cártel comenzó a comprar y vender caballos de carrera en Estados Unidos desde 2008, utilizando el dinero del narcotráfico para hacer ver que sus ingresos eran legítimos.
Cabe mencionar que esta operación fue dirigida por uno de los hermanos menores de los líderes del cártel, José Treviño Morales. Mientras sus hermanos, Miguel Ángel y Óscar Omar, conocidos como ‘Z-40’ y ‘Z-42’, controlaban el tráfico de drogas, José se encargaba de las operaciones de lavado de dinero a través de los caballos. La compañía que utilizaban para estas actividades fue Tremor Enterprises, la cual compró numerosos caballos de pura sangre en varios estados de la Unión Americana.
Este negocio, que parecía completamente legítimo a ojos de muchos, movía hasta $200,000 semanales en ciertas épocas y alcanzó una suma impresionante de 16 millones de dólares en ingresos. Los caballos que pertenecían al cártel ganaban importantes competencias y acumulaban premios, lo que hizo que la operación fuera aún más exitosa y menos detectable a los ojos del público y las autoridades en un principio.
Operativos policiales y arrestos
El FBI y otras agencias policiales, como la DEA, llevaron a cabo una serie de operativos enfocados en desmantelar estas redes de lavado de dinero. En el año 2013, uno de los operativos más notables tuvo lugar en un rancho de Oklahoma, donde las autoridades incautaron 455 caballos de carrera pertenecientes a Los Zetas.
En este operativo, se arrestaron a siete individuos, incluidos José Treviño Morales y su esposa. Así, se puso fin a una de las operaciones más rentables y clandestinas de lavado de dinero que había estado floreciendo en los hipódromos estadounidenses.
Arreglo de carreras y otras actividades ilícitas
No solo se limitaban a la compra y venta de caballos. Según las indagaciones del FBI, el cártel de Los Zetas también se involucraba en el arreglo de carreras. Aunque poseían algunos de los caballos más veloces y poderosos del sector, en varias ocasiones recurrían a sobornos para manipular los resultados de las competencias.
Entre los métodos utilizados, se reveló que en diversos hipódromos sobornaban para que sus caballos salieran primero de las puertas de arranque o incluso manipulaban el terreno de arranque para asegurar una ventaja competitiva. Esto no solo aseguraba la victoria de sus caballos, sino que también validaba los enormes premios obtenidos y facilitaba el lavado de dinero.
Carreras de cuarto de milla y más allá
El negocio de Los Zetas en las carreras de caballos no se limitaba solo a Estados Unidos; en México también poseían una importante cantidad de caballos cuarto de milla, una raza muy utilizada en las competencias. En 2015, la PGR (Procuraduría General de la República) de México descubrió en diversas propiedades más de una docena de caballos criados para continuar con este lucrativo modelo de negocios.
Uno de los caballos más destacados del cártel fue Mr. Piloto, un ejemplar cuarto de milla que, de forma sospechosa, ganaba repetidas veces en la tradicional carrera All American Futurity. Este caballo, al igual que otros, fue subastado por el gobierno de Estados Unidos después de los decomisos.
La subasta de caballos decomisados
Los caballos confiscados tras los operativos fueron parte de una subasta organizada por el gobierno estadounidense. Algunos de los ejemplares más valiosos, como Tempting Dash, fueron vendidos por montos récord en la historia de las subastas equinas.
Tempting Dash se vendió por 1.7 millones de dólares, un precio histórico. Otros caballos importantes, como Mr. Piloto, Dashin Follies y Separate Fire, también fueron subastados, con lo que se lograron recuperar 12 millones de dólares que, posteriormente, fueron integrados en los fondos incautados al cártel.
Un deporte corrompido por el narcotráfico
El uso de caballos y el involucramiento de cárteles mexicanos en las carreras de caballos no es solo una historia exclusiva de Los Zetas. También se han registrado operaciones similares llevadas a cabo por otros cárteles, como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), quienes han utilizado diversas empresas relacionadas con el turismo y bienes raíces para lavar dinero.
En este sentido, la participación de los cárteles en las carreras de caballos, ya sean reguladas o en circuitos ilegales, destaca el problema de fondo: las operaciones criminales que buscan aprovechar la legitimidad del deporte para blanquear sus ganancias.
En Georgia, por ejemplo, existe un circuito de carreras «bush», donde las competencias no están reguladas y los caballos son dopados y maltratados. Estas carreras, aunque ilegales, son promovidas por cárteles y grupos criminales que están dispuestos a cualquier cosa para obtener más ganancias, incluso a costa de la vida de los caballos. Allí se han registrado incidentes extremos, como el dopaje con sustancias como cocaína y metanfetaminas para aumentar el rendimiento de los caballos.
Problemas legales y nuevas investigaciones
A lo largo de los años, la participación de más entrenadores y empresarios en este tipo de operaciones ha sido objeto de investigaciones. Aunque algunas condenas han sido revocadas, como la del entrenador Eusevio Maldonado Huitrón, las autoridades continúan trabajando para erradicar de una vez por todas estas prácticas en un deporte tan apreciado por muchos.
A pesar de los esfuerzos de las fuerzas del orden, las pruebas ilegales continúan en algunos circuitos. De hecho, el llamado circuito bush sigue siendo un importante foco de atención para las autoridades, ya que involucra tanto a cárteles mexicanos como a redes internacionales de apuestas y tráfico de animales.
El uso de caballos no se limita solamente a las apuestas. En algunos casos, el contrabando de animales a través de la frontera con México también juega un papel importante. A lo largo de los años, se han reportado incidentes de tráfico de caballos cuarto de milla desde México hasta los Estados Unidos.
Impacto en la industria hípica
El escándalo de Los Zetas y otros cárteles ha generado una enorme controversia en la industria hípica. Durante muchos años, el hipódromo de Ruidoso Downs en Nuevo México fue conocido como uno de los epicentros del lavado de dinero. Allí, Los Zetas compraron numerosos caballos utilizando dinero del narcotráfico, lo que les permitió entrar de manera silenciosa en la industria.
Las autoridades han señalado que este caso es un claro ejemplo de cómo los cárteles pueden establecer puntos de apoyo en industrias legítimas de Estados Unidos. Así, la hípica, un deporte tradicionalmente visto como algo honorable, se ha visto manchado por la sombra del crimen organizado. Esta situación ha obligado a muchos en la industria a replantearse sus relaciones comerciales y a ser más cautelosos al aceptar grandes cantidades de dinero o nuevos inversores en el mundo de las carreras.
El daño causado por estas operaciones no solo reside en las pérdidas económicas. También afecta la reputación del deporte y puede llevar a un endurecimiento de las regulaciones, lo que podría complicar la vida a los inversionistas legítimos y a los verdaderos amantes de los caballos.
Hoy, los nombres de criminales y caballos como Mr. Piloto y Tempting Dash siguen siendo recordados como parte de una de las historias más oscuras en la historia del narcotráfico y las carreras de caballos en Estados Unidos y México.