El chambón es un tipo de rienda auxiliar al que podríamos denominar como una de las opciones más suaves. Existen dos tipos:
- Chambón elástico ajustable: esta clase de chambón va de la nuca, pasando por la embocadura a la cincha. Es elástico siempre y tiene una pieza (generalmente de plástico) en la zona de la nuca que te permite ajustar su largo. Es la opción más suave de las dos.
- Chambón de cuero: lo veis en las fotos de la galería; se engancha en la embocadura y pasa por una anilla en el extremo de una tira que hace de «segunda testera», para ir directito a la cincha. Hay varias versiones en cuanto al tipo de enganche con la cincha que, aunque no lo parezca, en la práctica pueden marcar la diferencia. La cuerda puede ser elástica o no, aunque aparenta ser más frecuente que lo sea. La diferencia con el anterior al que llamé «elástico» es esa tira de cuero en la zona de la testera, y que la cuerda no pasa por el mismo lugar, como se puede apreciar, ya que en el elástico va a través de la embocadura, no se engancha a ella. Además, esta clase de chambón no tiene opción ajustable. Sé que así explicado suena a chino pero en las imágenes creo que podéis percibirlo bien.
Si bien es usual ver que se utilize en caballos montados, está destinado a ser usado al dar cuerda; en caballo montado existe una variante del chambón, llamado gogue, del que también hablaremos. Aunque el chambón elástico encontramos que sí puede ser más aceptado en la monta, por sus características de estructura y actuación.
Los efectos que provocan las riendas auxiliares siempre son relativos, en el sentido de que no hay una regla máxima absoluta de actuación para los mismos; de todos modos, siempre se habla de que ayudan a trabajar la zona de cuello, nuca y dorso, al provocar más trabajo muscular. Es bastante común su uso en caballo jóvenes para, precisamente, muscular la zona del cuello, y ayudar a retener un poco la cabeza en la vertical, así como restringir el que tiren tanto de las riendas levantando la cabeza o cabeceando. Pero, como ya sabemos, es muy fácil usarlos mal y dar lugar a catástrofes. Entre ellas: caballos duros de boca, tensión en nuca y cuello, hundimiento del dorso… Por eso su uso a riendas largas parece más acertado, al utilizarse como ayuda sutil tan solo en ciertos momentos del entrenamiento, poniendo énfasis en el trabajo alargando toda la línea dorsal. Así, el chambón, al ser elástico, nos da un poco más de libertad o confianza, sabiendo que al menos no puede golpear tan fuertemente la boca del caballo.