Un caballo sin la montura adecuada es sinónimo de muchos problemas. Si protesta al palparle el dorso, sacude la piel en la cruz como si quisiera quitarse una mosca, se mueve nervioso, muestra mĆŗsculos duros o contraĆdos y al palparle siente dolor, es un sĆntoma claro de que la montura le molesta.
La armadura estÔ compuesta por un arco en la delantera y el puente, que sujeta el resto de la estructura. El puente debe tener la anchura adecuada para evitar daños, el canal central debe dejar libre la columna y los bastes han de compartir la misma forma que el dorso; si no, habrÔ presiones desiguales con riesgo de lesión.
Una buena montura evita lesiones y mejora la comodidad del caballo. No siempre lo mÔs caro es lo mejor: lo esencial es acertar con la medida para su complexión; si vas a comprar tu primer caballo, presta atención al ajuste y equipo.
Las medidas del asiento se dan en pulgadas y afectan a la comodidad del jinete, no del caballo. La anchura del puente suele medirse en centĆmetros o por descripción (superancho, ancho, normal, estrecho, superestrecho). Es habitual encontrar cinco anchos distintos; algunas marcas ofrecen mĆ”s.
Existen distintos tipos de montura según la disciplina. La western tiene asiento mÔs atrasado y, aunque da estabilidad en rutas largas y trabajos de campo, puede castigar lomos débiles. La vaquera, aun siendo diferente, tampoco es adecuada si el jinete carga todo su peso atrÔs. La de doma facilita la libertad de hombros; la de salto favorece la posición corta y la liberación de cruz; una elección correcta distribuye el peso y protege la espalda.
La importancia de una montura bien adaptada

Una montura bien ajustada distribuye la carga de forma uniforme, previene puntos de presión y permite que el caballo se mueva libre de restricciones. Conviene revisar periódicamente el ajuste porque la conformación cambia con trabajo, edad o peso. AdemĆ”s del ajuste, la calidad de materiales y la artesanĆa determinan la durabilidad y el rendimiento.
Cómo comprobar el ajuste de la montura
Examen de la silla: el canal debe estar abierto (aprox. 6ā9 cm) para no tocar la columna; los bastes deben ser iguales, acolchados y sin bultos; la silla, simĆ©trica. Colócala sobre la cruz y deja que caiga por gravedad 3ā4 cm detrĆ”s de la escĆ”pula. Deben caber 2ā3 dedos entre cruz y borrĆ©n anterior. Nunca debe asentarse sobre vĆ©rtebras lumbares.
Mira desde la grupa y comprueba que se ve luz a lo largo del canal. Verifica el equilibrio: apoyando un bolĆgrafo en el asiento, debe tender al centro; si cae atrĆ”s, el jinete cargarĆ” el lomo. Con la silla cinchada (primer y tercer latiguillo) y a un palmo del codo, el caballo debe moverse sin balanceos. En suspensión, deben caber 2ā3 dedos bajo el puente; un ayudante puede comprobar presión uniforme bajo los bastes. Tras montar, lee el sudadero: manchas irregulares indican presiones descompensadas.
Colocación correcta y soluciones habituales

Si la silla es demasiado ancha, usa un sudadero mÔs grueso o salva-cruz (útil en potros o caballos atróficos para retirarlo gradualmente). Si es estrecha, el problema es serio: algunas permiten cambiar el puente o modificar con un guarnicionero; si debes usarla, emplea un sudadero fino. En balanceo, añade cuñas para equilibrar; rellena bastes si falta soporte y el puente no aprieta delante.
Un caballo que ha sufrido una mala montura puede mostrar evasiones incluso tras corregir la silla. AdemƔs del cambio, recurre a un fisioterapeuta equino, trabaja a la cuerda y recupera la movilidad con paciencia para eliminar el dolor y reorganizar la musculatura.
Partes de la montura de caballo
Conocer las partes ayuda a decidir y mantener: estribos (apoyo del pie), estriberas (ajuste de longitud), faldones (protegen la pierna), cincha/barriguera (sujeción), bastes (contacto y reparto), arzón (estructura), asiento (comodidad del jinete) y borrenes (seguridad).
Tipos de monturas y elección
Elige según disciplina y conformación: vaquera (trabajo prolongado), western (estabilidad en campo), inglesa (ligereza y contacto), doma (pierna larga y hombros libres), salto (posición adelantada) o estilos mixtos. Considera ajuste y comodidad, materiales duraderos, diseño anatómico y reputación del fabricante.
Otros elementos del equipo y su papel
La fusta es una herramienta de comunicación que debe usarse con precisión, sin violencia, como extensión de la pierna para pedir transiciones o correcciones sutiles; también puede reforzar conductas deseadas. Añade riendas con buen agarre, bocado adecuado a la boca y sensibilidad del caballo, y protecciones de trabajo que no restrinjan el movimiento. Mantén todo el equipo limpio y revisado.
Origen, evolución y materiales modernos
De las almohadillas antiguas a los armazones de madera y, hoy, a materiales sintĆ©ticos impermeables, la silla ha evolucionado para dar mĆ”s estabilidad y confort. Las monturas modernas pueden pesar 7ā9 kg frente a 10ā17 kg de algunas de cuero; no absorben agua, se limpian con agua y jabón y sus espumas de alta densidad mantienen la forma. Recuerda la regla del 15ā20%: el peso total (jinete + equipo) no deberĆa superarla respecto al peso del caballo.
GuĆa paso a paso: cómo colocar la montura
Sujeta al caballo de forma segura y cepĆllalo con atención donde se asentarĆ” la silla y la cincha. Prepara todo el equipo, coloca la almohadilla adecuada, pon la silla centrada dejando algo de holgura delantera/trasera en la mantilla, ajusta correajes y cincha con firmeza progresiva a un palmo del codo. Ajusta estribos a la pierna del jinete y coloca brida y bocado con calma. Verifica equilibrio y libertad de hombros.
Es muy importante saber colocar bien la montura de tu caballo. Ćsta debe adaptarse perfectamente al dorso para que estĆ© cómodo y no le provoque dolor. Una silla mal adaptada o colocada puede causar rozaduras, contracturas, cambios de comportamiento y bajo rendimiento. Elimina el tópico de que todas las monturas valen para todos: cada caballo necesita su ajuste propio.
ĀæCómo sĆ© si la montura es la adecuada? Revisa el fuste (ligera flexión simĆ©trica), el relleno de bastes (uniforme, no excesivo), el canal (ideal 6ā9 cm) y la simetrĆa general. Colócala dejĆ”ndola caer por gravedad tras la escĆ”pula; si la adelantas, limita hombros y desequilibra el asiento; si la atrasas, alteras el centro de gravedad y molestas el lomo. Nunca sobrepases la Ćŗltima costilla.
La montura debe cubrir los mĆŗsculos del dorso desde unos centĆmetros detrĆ”s de la escĆ”pula hasta antes de la zona lumbar, con bastes en buen contacto lateral. Cincha en el primer y tercer latiguillo, perpendicular al suelo y a unos 10 cm del codo. Observa al caballo en movimiento y vuelve a chequear con el jinete montado para detectar cualquier anomalĆa.
Un equipamiento correcto, una silla bien ajustada y un uso respetuoso de ayudas como la fusta se traducen en bienestar, rendimiento sostenido y una relación mÔs armónica entre jinete y caballo.