Los caballos son animales que todo el tiempo están buscando percibir, tratando de controlar todos los elementos que se encuentren a su alrededor, y así poder sentirse libre de depredadores, todo esto como les decíamos anteriormente tiene que ver con la información genética con la que nacen los caballos, en donde todavía no hay una consideración en su condición domestica sino que sus órganos de percepción siguen estando alerta las 24 horas del día.
Justamente en su condición de especie apetecida por muchas otras, digamos que por su posición en la cadena alimenticia, es que son considerados como animales nerviosos, por lo que un caballo que vive en un estado domestico sigue estando controlado por los nervios y la percepción con la que vive un caballo salvaje.
Este tipo de estado alerta es que hace que siempre la reacción sea huir y es que el caballo no tiene ninguna otra alternativa ante el peligro, no son como los perros que pueden morder o los gatos que pueden usar los dientes o las uñas, por mucho pueden llegar a usar las patas traseras o delanteras para defenderse, pero tampoco es un movimiento ágil que pueda llegar a darle alguna diferencia en la naturaleza.
Es por esto que los caballos perciben estímulos y reaccionan a ellos a una velocidad increíble, pero siempre tienen una capacidad mayor que de la de los humanos, a los cuales los domésticos no lo consideran una amenaza mientras que los salvajes si, por lo que justamente entramos en la doble información genética contradictoria entre los caballos.
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