El caballo Holsteiner es originaria de Schleswig-Holstein en el norte de Alemania. Su origen se remonta al S. XIII por eso se le considera una de las razas más antiguas de caballos de sangre templada. Se trata de una raza muy apreciada en las competiciones de salto y doma por su temperamento y su regularidad en los movimientos.
Desde finales del siglo XIX, la raza se ha desarrollado bajo la supervisión de una organización que ayuda a los criadores a adaptarse a la demanda del mercado. En el pasado fue un excelente caballo de enganche y actualmente debido a la cruza con pura sangre como resultado es un elegante caballo de competición.
Aún así se puede decir que gracias a su porte y sus grandes aires el Holsteiner es un caballo apropiado sobre todo para la doma. Son grandes saltadores y la inclinación de las espaldas les permite moverse con los trancos amplios de un buen equino galopante. El galope, que debe ser ligero, suave, equilibrado y dinamico.
Características
El Holsteiner posee un cuerpo fuerte, porque combina a la perfección fuerza y elegancia. Es esbelto y equilibrado. Su cuerpo es alargado y sus extremidades muy musculosas. Es un caballo muy alto, que oscila entre los 160 y los 173 centímetros de alzada. La cruz está muy marcada, y su alargada grupa, inclinada. Con cabeza de perfil rectilíneo es larga y elegante, y en ella vemos unos grandes ojos tremendamente expresivos. Éstos denotan la inteligencia de este animal. Las capas más frecuentes son oscuras: negro, castaño y castaño oscuro y con pocas marcas. Aunque también se dan con frecuencia ejemplares alazanes y tordos.
No obstánte esta raza de sangre templada. En su pasado, eran caballos pesados porque tenían potencia y cubrían mucho terreno. Antiguamente eran descuidados y muy lentos. Tras mejorar la raza en los años 50 y 60 del siglo XX, eliminaron estos defectos.