La modalidad western se trata de un estilo o disciplina ecuestre que ha evolucionado desde los conquistadores de América y que consistía en el cuidado del ganado en las zonas del Oeste Americano. Eran caballos y jinetes muy preparados y fuertes que estaban acostumbrados a lidiar en las condiciones más extremas.
Este tipo de disciplina y debido a la necesidad de tener que guiar al ganado en condiciones muy extremas originó el tener que controlar el caballo con una sola mano y con la otra utilizar el conocido lazo. De ahí que este tipo de caballos estén entrenados para ser que su control sea mediante el contacto de las riendas con el cuello ya que con una presión basta para que pueda cambiar de dirección.
Originariamente los caballos entrenados en la modalidad western tienen unos instintos naturales capaces de saber reaccionar ante los movimientos del ganado ya que su finalidad era guiarlos y controlarlos. Por ello, jinete y caballo ejercían un completo control mediante las riendas y la silla de montar muy profunda y cómoda para que el jinete pudiera dar órdenes rápidas.
Actualmente esta modalidad no es tan diferente al estilo inglés. En ambos estilos los jinetes requieren de monturas sólidas donde las caderas y los pies estén en completo equilibrio, manos libres y una cierta libertad al caballo para que pueda desempeñar su función. Se puede decir que la diferencia simplemente está en el bocado.
Aunque la brida también ha evolucionado se puede decir que hay dos estilos para la modalidad western. Las tradicionales riendas de Texas que son abiertas y completamente separadas y las ‘closed end romal’ que son las tradicionales californianas que constan de un ramal.
Este tipo de estilo se convirtió en deporte allá por 1942 y surgió de la idea de dos hermanos que quisieron reunir a los mejores en un rancho de California, así los cowboys podían demostrar en un evento deportivo su manejo con el caballo.