La hipoterapia es un tratamiento mundialmente conocido como kinésico, en el cual se emplea el caballo para corregir trastornos y sobre todo es muy empleado en terapia para los niños con deficiencias físicas empleando el movimiento tridimensional del caballo estimulando los músculos y articulaciones del paciente.
Esta terapia se realiza con niños o adultos que tienen discapacidades físicas o psíquicas graves, el paciente no tiene ningún control sobre el caballo y es el fisioterapeuta el encargado de promover la mejora de su estado físico así como de controlar su seguridad.
La vida es movimiento, y la comunicación del ser humano con el movimiento del caballo es una experiencia única, la transmisión del movimiento del caballo hacia el paciente es igual a los movimientos físicos que presenta la marcha humana, por lo tanto el paciente no enfrenta pasivamente el tratamiento, por eso la utilización del caballo es clave.
Comportamiento y carácter del caballo
• El carácter del caballo tiene que ser apacible y a la vez despierto.
• Destacar por su nobleza de trato, tanto en las tareas pie a tierra (higiene, colocación de arneses,…), como en el momento de montarlo.
• Un caballo inquieto infundirá respeto y miedo a los niños, disminuyendo la eficacia de la terapia.
• El caballo debe permanecer parado hasta que se le indique que empiece el movimiento.
• Debe ser posible detenerle con ayudas mínimas.
• La edad del caballo debe ser intermedia ya que un caballo joven sería demasiado intranquilo y un caballo viejo no podría tolerar fácilmente el peso del paciente y del fisioterapeuta.
• Debe aceptar el trabajo rutinario, ya que la terapia se desarrolla casi siempre al paso.
• Antes de comenzar la terapia hay que montar al caballo antes de la sesión, tanto para calentar sus músculos como para evitar el exceso de energía.
No hay que olvidar que, el contacto con el caballo, aporta facetas terapéuticas a niveles cognitivos, comunicativos y de personalidad siempre.