La fascinante historia de los caballos más pequeños del mundo: la raza Falabella

  • El origen de los caballos Falabella se remonta a 1845 con Patrick Newtall en Argentina.
  • La familia Falabella consolidó esta raza miniatura, reconocida como la más pequeña del mundo.
  • Los caballos Falabella tienen una alzada de entre 70 y 80 cm, con registros Guinness de caballos aún más pequeños.

Caballo más pequeño del mundo

En la Argentina, el mundo equino tiene una importancia destacada desde siempre. No solo es el hogar de algunos de los mejores domadores del mundo y de las mejores cuadras de caballos, sino que ahora se asocia a una crianza de caballos muy particulares. Este país, conocido por sus vastas pampas y la tradición de la cría de caballos criollos, también es célebre por la crianza de los caballos más pequeños del mundo: los caballos Falabella. Esta raza en miniatura ha cobrado fama internacional en las últimas décadas gracias al esfuerzo y la dedicación de la familia Falabella.

Una tradición que comienza en 1845: El origen del caballo Falabella

La historia de estos extraordinarios caballos se remonta a 1845, cuando un inmigrante irlandés llamado Patrick Newtall llegó a la región argentina de la Pampa. Durante su estancia, notó algo inusual: algunas tribus indígenas poseían pequeños caballos de tamaño inusualmente reducido, incluso más pequeños que los ponis europeos. Estos animales despertaron su curiosidad, pues presentaban una altura de apenas unos 75 centímetros.

Los primeros esfuerzos por consolidar esta raza fueron llevados a cabo por Newtall, quien comenzó a criar a estos pequeños caballos a través de un proceso de selección. Tras años de cruzamientos y experimentación, logró establecer la base genética que luego sería utilizada por la familia Falabella para consolidar una raza que hoy es conocida como la más pequeña del mundo.

El trabajo de Julio César Falabella

Caballos más pequeños del mundo

Si bien el trabajo de Patrick Newtall sentó las bases, fue Julio César Falabella quien en la década de 1920 continuó el proceso de selección genética con el objetivo de crear caballos aún más pequeños y resistentes. Julio Falabella, un apasionado por los animales y la genética, profundizó los estudios sobre la cría selectiva y cruzó diferentes ponis europeos, como los poni Shetland, con ejemplares pequeños de caballos purasangre.

Su objetivo final era lograr un caballo miniatura con todas las características morfológicas de un caballo completo, pero con una talla que llegara a los 70 cm de altura. Tras décadas de trabajo, la familia había logrado fijar de manera genética el tamaño de esta peculiar raza, que se conoce actualmente como caballos Falabella. Comenzando con unos pocos ejemplares, Julio Falabella logró ampliar la población y establecer un estándar racial que perdura hasta hoy.

Características del caballo Falabella

Los caballos Falabella no son ponis, aunque su tamaño podría indicar lo contrario. A diferencia de los ponis típicos, como los Shetlands, las proporciones de estos caballos son similares a las de un caballo de tamaño normal. Los caballos Falabella destacan por su cabeza proporcionada, orejas pequeñas y un perfil rectilíneo. Sus ojos son expresivos, reflejando una naturaleza tranquila y dócil.

Entre sus características más destacadas están:

  • Altura: Su alzada estándar oscila entre los 70 y 80 cm, siendo el caballo más pequeño del mundo oficialmente documentado, con apenas 50 cm.
  • Pelaje: El pelaje suele ser abundante y sedoso, con capas que varían entre el negro, castaño, bayo y tordo. La variedad más apreciada es el Appaloosa carbonado, con manchas oscuras sobre un fondo claro.
  • Durabilidad y longevidad: A pesar de su tamaño, los caballos Falabella son extremadamente longevos, con una expectativa de vida que puede superar los 40 años, y son capaces de soportar condiciones climáticas adversas sin problemas.
  • Carácter: Son reconocidos por su carácter dócil y amigable, lo que los convierte en una opción ideal para las familias.

Importancia de la familia Falabella y su legado

El trabajo realizado por Julio César Falabella tuvo tal impacto que hoy en día la familia Falabella continúa con esta tradición. Su hijo, Emigdio Ricardo Falabella, y su nieto, Evaristo Falabella, son los actuales responsables de mantener esta raza única en el mundo. Actualmente, cuidan de 100 ejemplares en su campo “Lomas de la Pampa” en Olavarría, Buenos Aires.

La familia Falabella no solo ha logrado consolidar esta raza a nivel local, sino que han compartido este legado con el mundo. Los caballos Falabella se han exportado a numerosos países, y su fama ha trascendido ampliamente. Celebridades, monarcas y presidentes han recibido como obsequio alguno de estos caballos miniatura. Entre algunos de sus admiradores más famosos se encuentran la familia Kennedy, la reina de Inglaterra, y diversos jefes de Estado que han recibido estos caballos como símbolo de la tradición argentina.

Un símbolo de Argentina para el mundo

A lo largo de los años, estos caballos no solo han sido un símbolo de perseverancia y dedicación por parte de la familia Falabella, sino también de la capacidad argentina para producir una raza animal única. La tradición de regalar estos caballos a reyes y presidentes extranjeros ha ayudado a consolidar su fama y a expandir la presencia de esta raza en todo el mundo.

Además, esta raza ha sido reconocida varias veces por Guinness World Records. No solo han certificado que el caballo más pequeño del mundo es un Falabella de 50 cm de altura, sino que la familia Falabella también ostenta el récord por haber criado al caballo más grande del mundo, de más de 2 metros de altura.

Usos en la actualidad

Caballos de la línea Falabella

Hoy en día, los caballos Falabella son utilizados principalmente como animales de compañía y en espectáculos ecuestres. Gracias a su pequeño tamaño, son ideales para trabajos de enganche y adiestramientos ligeros. Sin embargo, dado su carácter dócil, muchos son criados estrictamente como mascotas y tienen una presencia destacada en programas de equinoterapia.

Estos caballos también son una opción ideal para las familias que buscan una mascota diferente y exótica. Al ser de pequeño tamaño, requieren menos espacio y menos alimentos que un caballo tradicional, lo que los hace especialmente atractivos para personas que viven en áreas rurales pero no cuentan con campos muy grandes.

Sin embargo, es importante mencionar que, al igual que cualquier otro caballo, requieren cuidados específicos y una dieta adecuada para poder vivir en óptimas condiciones. Aunque son pequeños, tienen las mismas necesidades que un caballo completo en cuanto a ejercicio, atención veterinaria y espacio.

Finalmente, estos caballos también han encontrado un lugar en el mundo del espectáculo, participando en competiciones de enganche y eventos de demostración. Debido a su gran inteligencia y comportamiento dócil, también son frecuentemente vistos en circos y otros espectáculos ecuestres.

Claramente, la raza Falabella ha conquistado corazones no solo en Argentina, sino en todo el mundo, prueba de ello es su exportación a países como Estados Unidos, Japón y varios países europeos.

Gracias al esfuerzo de la familia Falabella y su amor por los caballos, hoy podemos decir que los caballos más pequeños del mundo no solo son un hito en la genética equina, sino un patrimonio de la historia argentina.


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