Igual que nosotros antes de practicar un deporte debemos estirar y movernos un poco, el caballo debe hacer lo mismo. Por eso, antes de comenzar nuestra sesión de entrenamiento, debemos preparar los músculos del caballo para realizar ese esfuerzo. Es muy importante calentar al principio y enfriar al final. Aunque, si bien hay una serie de ejercicios pensados para realizar al calentar, al enfriar podemos simplemente ir a un ritmo más pausado, bajando pulsaciones. Aun así, es recomendable realizar ejercicios que estiren sus músculos otra vez, como el trabajo a riendas largas.
Tras el calentamiento, tendremos un caballo más receptivo a nuestras ayudas, más fácil de manejar, más atento y más dispuesto. Esto ayudará a finalizar el entrenamiento de forma satisfactoria y provechosa, además de favorecer la salud mental del caballo y hacer que viva mejores experiencias contigo.
Beneficios de un calentamiento adecuado
Dedicar tiempo al calentamiento no solo ayuda a preparar el organismo del caballo, sino que también reduce el riesgo de lesiones. Algunos de los beneficios más destacados incluyen:
- Prevención de lesiones: Unos músculos calientes y estirados son menos propensos a desgarros, tirones y otro tipo de lesiones.
- Mejor rendimiento: El flujo sanguíneo incrementa, llevando más oxígeno y nutrientes a los músculos, tendones y articulaciones. Esto también ayuda a eliminar los desechos metabólicos.
- Mejora de la elasticidad y flexibilidad: Los músculos calientes tienen mayor capacidad de elongarse sin sufrir dolor ni lesiones.
- Preparación mental: Los caballos entran en «modo trabajo», se concentran más y se relajan durante el proceso de calentamiento.
- Activación del sistema respiratorio: Un calentamiento adecuado expande la caja torácica, mejorando la oxigenación y eliminación de dióxido de carbono.
Ejercicios de calentamiento
El calentamiento debe ser una parte fundamental de la rutina diaria del caballo antes del entrenamiento. A continuación, te presentamos ejercicios que puedes realizar:
- Riendas largas: Técnicas como «long and low» o «low, deep and round» ayudan a estirar el cuello del caballo y su línea superior, evitando rigidez y mejorando la incurvación.
- Cambios dentro de los aires: Realiza alargamientos y acortamientos a paso, trote o galope. Esto te permite evaluar el estado del caballo y prepara los músculos de sus posteriores y grupa.
- Transiciones: Cambiar entre diferentes aires (por ejemplo, de paso a trote) mejora el equilibrio, la permeabilidad y mantiene al caballo atento.
- Trabajo lateral: Ejercicios como cesiones y espalda adentro ayudan a mejorar la flexibilidad e incurvación del caballo. Recuerda equilibrar los ejercicios en ambas manos.
- Círculos: Facilitan el estiramiento de la musculatura y contribuyen a que el caballo responda mejor a las ayudas.
- Estiramientos manuales: Ejercicios específicos como estiramientos del cuello hacia cada lado o el levantamiento de la cola ayudan a relajar los músculos principales.
La importancia del enfriamiento
El enfriamiento es igual de importante que el calentamiento. Al final del entrenamiento, debemos bajar paulatinamente la intensidad del ejercicio. Esto facilita la eliminación de ácido láctico, reduce las pulsaciones y devuelve al caballo a un estado más relajado tanto física como mentalmente.
Durante el enfriamiento, camina con el caballo a riendas largas y puedes realizar ejercicios suaves de estiramiento. Si es posible, realiza esta actividad fuera de la pista para variar el entorno, lo que también beneficia el estado mental del caballo. No olvides observar su respiración y temperatura, asegurándote de que vuelvan a la normalidad antes de detenerte por completo.
Rutina ideal de calentamiento
Para un entrenamiento completo, se recomienda dedicar entre 10 y 20 minutos al calentamiento. Este es un ejemplo de rutina que puedes adaptar según las necesidades individuales de tu caballo:
- Al paso: Comienza por rodear la pista a ambas manos y realiza grandes círculos.
- Al trote: Cambia entre trote y paso, incluye círculos grandes en ambas manos.
- Al galope: Realiza pequeñas transiciones entre paso y galope y círculos grandes, alternando direcciones.
Recuerda que estas actividades deben aumentar progresivamente en intensidad y adaptarse al nivel de actividad del caballo. Cuando el clima sea frío, es recomendable aumentar la duración del calentamiento para evitar tensiones musculares.
Implementar estas prácticas no solo hará que tu caballo realice actividades físicas de manera eficiente, sino que también generará una experiencia más placentera y saludable para él. Dedicar tiempo a cada etapa del entrenamiento fortalecerá su cuerpo y mente, aumentando la confianza y conexión contigo como jinete.