Con la llegada del frío es habitual que el caballo se resfríe ¿cómo se identifica? Al igual que las personas, ellos también sufren este mal estar pasajero. Sus síntomas se asemejan bastante a los que puede tener un humano y por lo tanto nos será fácil identificarlo.
El caballo, normalmente, tienen los ojos llorosos, es habitual los estornudos, la mucosidad y la tos. A su vez, se encontrara un importante y notable decaimiento y flojera, viéndose el caballo sin apenas fuerzas para moverse o realizar cualquier tipo de actividad ya que al igual que nosotros mismo, él se nota más pesado de lo normal.
Normalmente cuando está resfriado hasta el ejercicio más sencillo le resulta más complicado. Se deben de añadir a estos síntomas, en los casos más avanzados, la aparición de fiebre, temblores y falta de apetito, aunque no es necesario que se den y ni mucho menos son muy habituales.
Para tratar esta leve enfermedad los más habitual es acudir a tu veterinario y este le proporcionará las medicinas idóneas para su pronta recuperación. Mientras tanto, es aconsejable tener al caballo muy hidratado ya que con un resfriado puede deshidratarse y perder proteínas, vitaminas y defensas en su cuerpo muy rápido. También se aconseja arropar al caballo con mantas para evitar que coja mucho frío y este a su vez le haga empeorar.
Durante el proceso de resfriado del caballo, es recomendable que se mantenga aislado de otros caballos ya que así evitará que se propague la enfermedad por el resto de la manada. No es recomendable exponerle a cambios bruscos de temperatura.
Este tipo de enfermedad tiende a ser leves, recuperándose rápidamente de ella. Pero si se diera el caso de que a pesar de darle estos cuidados empeora lo más recomendable será acudir al veterinario, allí nos prestarán toda su atención.