Los caballos de paso fino son una de las razas más admiradas en Sudamérica, por su elegancia, suavidad en los movimientos y su carácter dócil. El paso fino colombiano es especialmente famoso, con una herencia genética que lo hace destacar mundialmente como un caballo de lujo en competencias y exhibiciones ecuestres.
Origen del caballo de paso fino
Como ocurre con muchas razas equinas en América, el caballo de paso fino tiene sus orígenes en animales traídos por los conquistadores españoles en el siglo XV. Estos caballos eran principalmente andaluces y berberiscos, aunque también había ejemplares árabes. Estos caballos, usados por los ejércitos y los colonos, fueron adaptándose al terreno y al clima sudamericano, lo que dio lugar a la mezcla de varias razas locales y permitió el desarrollo del paso fino tal como lo conocemos hoy.
En su segunda expedición a lo que es hoy República Dominicana, Cristóbal Colón trajo algunos de estos caballos, influyendo en toda la zona caribeña y formando parte de los antepasados del paso fino colombiano. Con el mestizaje, surgió un caballo que se adaptó a las exigencias de los nuevos territorios: distancias largas, terrenos irregulares y un clima hostil que seleccionó naturalmente a los animales más resistentes.
Características del paso fino colombiano
El caballo de paso fino colombiano es una raza fuerte y elegante, con una genética que proviene en un alto porcentaje de caballos árabes y berberiscos, lo que le otorga tanto resistencia como gracia en el movimiento. Este ejemplar posee una alzada media, entre 1,36 y 1,50 metros de altura, y se caracteriza por un porte que denota potencia y estilo. Es de notar que la preferencia de los criadores es por los caballos cuya capa es uniforme y sin manchas.
Su mayor distintivo no es la apariencia, sino su andar, que es suave y rítmico debido a la «ambladura», una marcha particular que se ha convertido en un rasgo genético de la raza. Este tipo de marcha implica que el caballo levanta simultáneamente la pata delantera y trasera del mismo lado, lo que resulta en un desplazamiento lateral y no diagonal como ocurre en otros caballos. Esto hace que el jinete pueda permanecer cómodamente sentado en la silla sin sentir los golpes bruscos que se experimentan en el trote de otras razas.
El andar: clave del paso fino
El nombre de paso fino deriva de la elegancia en su andar, que sigue una secuencia rítmica de tiempos que puede describirse en 8 pasos:
- Tiempo 1: Mano derecha en el aire, resto en el suelo.
- Tiempo 2: Mano derecha y pata izquierda en el aire, resto en el suelo.
- Tiempo 3: Pata izquierda en el aire, resto en el suelo.
- Tiempo 4: Mano y pata izquierda en el aire, resto en el suelo.
- Tiempo 5: Mano derecha y izquierda en el aire, resto en el suelo.
- Tiempo 6: Mano izquierda y pata derecha en el aire, resto en el suelo.
- Tiempo 7: Pata derecha en el aire, resto en el suelo.
- Tiempo 8: Mano y pata derecha en el aire, resto en el suelo.
Además de su marcha, los caballos de paso fino cuentan con una gran disposición para el entrenamiento, lo que los hace caballos altamente apreciados en eventos ecuestres de todo tipo. La facilidad con la que obedecen las órdenes de sus jinetes, la suavidad de sus movimientos y su capacidad de respuesta rápida son factores muy valorados por los criadores y aficionados tanto a nivel local como internacional.
La importancia en las competencias y el reconocimiento internacional
Desde mediados del siglo XX, el paso fino colombiano ha sido reconocido en competencias internacionales como una raza emblemática. Su andar se ha perfeccionado a lo largo de los años, principalmente debido a dos factores: la geografía colombiana y el manejo especializado por parte de los criadores locales.
Este desarrollo fue posible gracias a la combinación de diferentes clases de terreno que permitieron perfeccionar la marcha del caballo. En las zonas montañosas de Antioquia y las regiones pantanosas de la Sabana de Bogotá, los caballos se adaptaron a su entorno y desarrollaron una marcha más robusta y suave a la vez, lo que mejoró su habilidad para caminar por terrenos tanto llanos como escarpados.
Hoy en día, el paso fino colombiano es uno de los referentes a nivel mundial en las competencias ecuestres tanto por su calidad genérica como por su carácter dócil. Ejemplares como Dulce Sueño de Lusitania y Tormenta de Virginia han llevado a la raza a ser reconocida como una de las más valiosas, llegando a alcanzar precios astronómicos en el mercado internacional.
El paso fino como patrimonio colombiano
En Colombia, la raza de paso fino ha adquirido un nivel de reconocimiento oficial. La Ley 1842 de 2017 lo declaró Patrimonio Genético Nacional, resaltando la importancia cultural y económica de estos caballos en el país. Se estima que actualmente existen más de 89,000 ejemplares del paso fino colombiano, distribuidos a lo largo de todo el territorio nacional y con presencia notoria en las competencias y ferias equinas más importantes.
La contribución de la raza al PIB agrícola de Colombia y los empleos directos e indirectos que genera la industria equina también refuerzan su relevancia no solo en el país, sino en el mundo entero.
Gracias a estos factores, el paso fino colombiano no solo es un símbolo de la cultura ecuestre, sino también un ejemplo del éxito de los programas de preservación genética y del arte que es la crianza de caballos en Colombia.
Este tipo de equino destaca no solo por su belleza, sino por la forma en la que se desplaza. Es un verdadero espectáculo admirar sus movimientos, y tener la oportunidad de montar uno de estos ejemplares es sin duda una experiencia inolvidable.
Para mi es el caballo mas completo, puede correr, caminar y sobre todo el andar de los cuatros tiempos que no lo puede hacer ningún otro caballo. Eso lo convierte en un ejemplar unico