La armonía entre un jinete y su caballo mediante movimientos difíciles siguiendo un programa establecido llamado reprise es lo que se denomina la doma clásica, una disciplina Olímpica que consta de diferentes pasos.
Los movimientos son completamente naturales para el caballo pero requieren mucho entrenamiento para llegar a complementar junto con el jinete. Los caballos se desplazan lateralmente, giran sobre sí mismos, cambian de pie al galope y ejecutan aires muy difíciles a la vez de bellos.
La doma clásica tiene su principal denominador común en el ritmo. Por naturaleza, se mueven con ritmo, de forma que no solemos ver caballos irregulares en el prado o en libertad, salvo que estén lesionados o enfermos. El caballo tiene un ritmo en cada aire de cuatro tiempos al paso, de dos, más un tiempo de suspensión, al trote, y de tres tiempos más un tiempo de suspensión al galope.
Uno de los pasos es el llamado paso reunido, el caballo va permaneciendo en la mano junto con una marcha hacia adelante, con el cuello elevado, mostrando claramente que se sostiene por sí mismo y en perfecta armonía, en este paso la cabeza se debe aproximar a la vertical, que va manteniendo un contacto ligero con la boca. Se trata de un paso lento.
En el paso medio tiene que marchar con más energía, pero con calma y con pasos iguales, sin que pierda el ritmo, en este paso los cascos traseros pisan delante de las huellas de los anteriores. El jinete mantiene un contacto ligero y cercano.
Con el paso largo se cubre el mayor terreno posible, pero sin precipitarse y sin perder la regularidad de las pisadas en el movimiento, los cascos posteriores sobrepasan la huella de los anteriores, aquí el jinete puede permitir al caballo extender su cuello y adelantar la cabeza, pero sin perder el contacto con la boca.