Caballo alado, la criatura fantástica más elegante

Pintura de Pegasus, un caballo alado

La imaginación del ser humano es asombrosa. A veces, es tan productiva que construye figuras mitológicas tan bonitas y elegantes como es el caballo alado. Símbolo de la libertad, está muy presente en los mitos, leyendas y tradiciones del mundo, especialmente de Europa y de Asia.

¿Quieres saber cómo se construyó la figura y por qué es tan importante en tantas culturas? Pues vamos allá 🙂 .

¿Cómo se construyó la figura del caballo alado?

Estatua de un caballo alado

A día de hoy, podemos encontrar esculturas y representaciones de animales un tanto diferentes. En el Antiguo Egipto, por ejemplo, encontramos a las esfinges, que están compuestas por una cabeza persona y el cuerpo de un león; en Grecia tienen el centauro, que es una criatura con la cabeza, brazos y torso de un humano y las patas de un caballo; y en Asia, concretamente en Mongolia, construyeron el grifo, cuya parte superior es la de un águila gigante, con plumas doradas, afilado pico y poderosas guerras, y la inferior es la de un león, con pelaje amarillo, musculosas patas y cola larga de un reptil.

Con la figura del caballo alado ocurre algo muy similar: está compuesto de elementos que representan partes de animales que existen realmente, como lo son los caballos y las aves. En efecto, esta preciosa figura es la de un equino con unas elegantes alas de un ave voladora.

¿Cuándo se originó?

No está del todo claro cuándo se inventó la figura del caballo alado, pero todos están de acuerdo en que la domesticación del mismo tuvo mucho que ver. ¿Cuántas veces has sentido una sensación increíblemente agradable sólo con ver vídeos de caballos corriendo en libertad? Esa sensación la ha querido experimentar el ser humano desde siempre, pero no como espectador, sino subiéndose encima del animal y dejando que el aire agite el cabello.

Probablemente ese uno de los principales motivos por los que la humanidad comenzó a acercarse cada vez más a estos equinos: para ganarse su confianza y poder recorrer juntos los senderos, disfrutando de la experiencia. Poco después se empezaron a usar en la guerra, tal y como comentamos en este artículo. Menos mal que actualmente ya casi no se usan para ese fin.

Simbolismo del caballo alado

Una figura de un caballo alado en un ciudad

En mitología y religión, el caballo alado es un animal ctónico y psicopompo, es decir, que hace referencia a los dioses o espíritus del inframundo, y además conduce las almas de los difuntos hacia la ultratumba, cielo o infierno. Ello lo puede hacer sin dificultad pues es ligero y puede elevarse. Aunque esto no es todo.

En prácticas chamánicas, el chamán monta un animal alado para pasar por diferentes estados de consciencia. Desde la Edad Media hasta el Renacimiento fue el símbolo de la sabiduría y sobretodo de renombre. Fue, para muchos poetas de la época, una fuente de inspiración. Mucho más recientemente, a partir del siglo XX, ha pasado ha convertirse en un personaje de películas, literatura fantástica, videojuegos y juegos de rol, como por ejemplo en la película de Disney »Hércules».

¿Cuándo se representó por primera vez?

Las primeras representaciones de caballos alados se remontan al siglo XIX a. C, en los proto-hititas. Este mito se propagó luego a los asirios, y después llegó a Asia menor y a Grecia. Allí, en la Antigua Grecia, fueron muy importantes: se mencionaron en numerosas obras literarias, se hicieron representaciones en el arte, en la alfarería y en la escultura. El más conocido de todos es Pegaso, a veces llamado Pegasus, pero sin duda no fue el único, prueba de ello es la descripción que hizo Platón del templo de Poseidón, en la mítica isla de la Atlántida: en ella dice que la estatua del dios estaba de pie en un carro tirado por seis caballos alados. Igualmente, fueron dos Nereidas (ninfas del mar Mediterráneo) quienes, subidas a un carro tirado por caballos con alas doradas entregaron la armadura de Patroclo a Tetis.

En el texto más antiguo de la India, el Rigveda, los caballos de la carroza de Indra son en realidad caballos alados que tienen un pelaje negro brillante y unas patas blancas. Sus ojos, brillantes, se enganchan a su carro de guerra de oro. Son tan rápidos, que su velocidad supera incluso a la del pensamiento.

En la mitología nórdica también están presentes, aunque mucho menos. En representaciones de las valquirias (deidades femeninas cuyo propósito era elegir a los más heroicos caídos en la guerra) se reemplazaron a los lobos alados que ellas montaban por caballos voladores o »caballos de la nube».

Pegaso, el caballo alado más conocido

Estatua de un caballo alado

Cuando hablamos de caballos alados enseguida nos viene a la mente un nombre: Pegaso. Según la mitología griega, nació con su hermano Crisaor, de sangre de la gorgona Medusa decapitado por el héroe Perseo. Tenía un cuerpo robusto y ágil, protegido por un pelaje de un magnífico color blanco.

Los poetas greco-romanos decían que montó al cielo tras su nacimiento y se puso al servicio de Zeus, quien era el rey de los Dioses. Zeus le encargó llevarle el relámpago y el trueno sobre el monte Olimpo.

Pegaso es asimismo el creador del manantial Hipocrene, que hizo brotar de un golpe de casco. El héroe griego Belerofonte lo capturó cerca de la fuente Pirene, pero cayó de su lomo cuando quiso alcanzar el monte Olimpo.

¿Conocías la historia del caballo alado?


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