Autóctono de Asturias, el Asturcón forma parte de las razas que, en la antigüedad, poblaron los territorios que van desde las cordilleras Cantábricas hasta los Pirineos.
También llamado poni asturiano, es una raza de equinos rústica y de pequeño tamaño, que ha mantenido una morfología muy similar a cuando surgió la raza como tal hace unos 2.800 años.
¿Descubrimos más cosas sobre estos interesantes animales?
El Asturcón es uno de los caballos pequeños o ponis más antiguos del mundo. Ya se recogen testimonios que hablan de ellos en el años 80 a. C. reflejando lo valorados que eran por su velocidad y valor en combate, además de su paso suave.
Tradicionalmente han sido utilizados para desempeñar tareas agrícolas, aunque la raza fue extendiéndose y utilizándose para otras tareas. En el París del siglo XIX, por ejemplo, fueron utilizados como equinos de tiro para carruajes de pequeño tamaño.
Hoy día los asturcones también se han abierto paso en el deporte equino. Varios ejemplares de esta raza han alcanzado la cima como campeones de equitación en modalidades diversas en España.
¿Cómo son?
Con una alzada en torno a 125 cm., los asturcones son unos equinos pequeños cuyo aspecto general es el de un poni robusto, ágil y resistente, gracias a su bien definida musculatura.
Su cabeza de tamaño mediano con un perfil ligeramente cóncavo, posee una frente ancha cubierta por un tupido flequillo; unos ojos grandes, negros y vivos; orejas pequeñas y de una gran movilidad, y ollares amplios y dilatados.
El cuello proporcionado y moderadamente fino, suele curvarse en los ejemplares de machos adultos. Posee espejuelos anteriores, ovalados y pequeños, mientras que los posteriores son muy pequeños o inexistentes.
El cuerpo, de espalda es muy inclinada, al igual que la grupa, y costillares bien arqueados, descansa sobre unas extremidades finas de cascos pequeños, redondeados y muy resistentes.
El pelaje de esta raza es tupido con las crines y la cola baja muy pobladas. El color de su capa es el negro, aunque varía con las estaciones. El Asturcón se adapta al clima de la montaña y recubre su cuerpo con una capa de pelo grueso de color castaño que le protege de las inclemencias en las épocas frías.
En cuanto a su carácter son muy nobles y vigorosos. Una vez han sido domados, demuestran un temperamento excelente, ideal para los niños. Son unos equinos muy cómodos con una muy buena disposición para el salto.
Un poco de su historia
Referencias históricas señalan que los asturcones datan de hace más de 2.000 años. Abundan los textos en que los romanos mencionan a estos equinos ya que formaron parte de las tropas del Imperio Romano.
Durante la Edad Media y Moderna, el asturcón fue muy importante en la economía de España. Fueron exportados a países como Irlanda o Francia donde tiraban de carruajes pequeños. Además por supuesto de ser vendidos a las distintas zonas españolas como caballo agrícola.
Esta mítica raza se ha conservado a lo largo del tiempo y hoy día constituye uno de los últimos exponentes de razas autóctonas de Europa Meridional.
Hábitat
Esta raza forma parte de una amplia familia de caballos pequeños o ponis que se distribuyen en el Arco Atlántico, la franja del litoral oceánico que va de Portugal a Escocia y que comprende España, Francia, Inglaterra, Gales e Irlanda.
Hoy día podemos encontrar nueve razas cuyas características se asemejan: Garrano, Pottok, Dartmoor, Asturcón, Exmoor, Gales, Shetland, Highland y Connemara.
Pero regresemos al Asturcón. Gracias a habitar la región montañosa y abrupta de Asturias, con comunicaciones difíciles hasta el siglo XX, la raza pudo proteger su pureza impidiendo cruces que hicieran perder sus características y, además, limitó su divulgación y exportación.
Las condiciones del hábitat donde se han desarrollado estos equinos, han favorecido la aparición de algunas de las singularidades que posee la raza, como por ejemplo, los denominados de manera popular «corru». Es una extrategia defensiva de agrupación en manadas en la que viven los asturcones para hacer frente al ataque de los lobos que, tradicionalmente les han hostigado. Cuando hay peligro, la manada de equinos se dispone en círculo con las grupas hacia el interior y las cabezas hacia el exterior para defenderse con las patas delanteras. Además, sitúan a las crías en el centro del círculo donde están más protegidas.
Hoy día, los asturcones continúan viviendo en el monte aunque también proliferan las fincas de cría donde se seleccionan los mejores ejemplares favoreciendo el desarrollo y perduración de la raza.
Reproducción
Los partos llegan con la primavera. Después de once meses de gestación, las yeguas se separan de la manada para buscar un lugar tranquilo y guarecido donde parir al nuevo asturcón. Prácticamente casi siempre este hecho es muy rápido y bajo el amparo de la noche reduciendo así la posibilidad de un ataque.
Otra muestra de la fortaleza de la raza es que tan solo nueve días después del parto, las yeguas entran de nuevo en celo, lo que las lleva a criar de manera frecuente hasta los veinticinco años de vida.
En los años 80, iniciativas particulares y organizaciones emergentes como ANA (Asociación Asturiana de Amigos de la Naturaleza), junto con el impulso de la conciencia ecologista de la época, lograron frenar el alarmante descenso de ejemplares de la raza. Se creó la Asociación de Criadores de Ponis de la Raza Asturcón (ACPRA). La desaparición de la raza parecía ser inminente pero las actuaciones llevadas a cabo tuvieron éxito y la raza fue recuperada.
Fiesta del Asturcón
Para finaliza este artículo y como curiosidad, vamos a hablar de una fiesta que hay en Asturias en torno a estos animales.
En la Majada de Espineres, en plena naturaleza (Sierra del Sueve, Piloña), transcurre una fiesta que celebra la recuperación del caballo de los astures, esta raza autóctona, salvaje y rústica. Es una jornada repleta de actividades donde destacan espectáculos de doma y la muestra de ejemplares domesticados tanto montados por jinetes como tirando de carruajes antiguos.
La fiesta ha sido declarada de interés turístico en el Principado de Asturias.
Espero que hayas disfrutado leyendo este artículo tanto como yo escribiéndolo.