La anemia infecciosa equina (AIE), también conocida como fiebre de los pantanos, es una enfermedad viral crónica que afecta exclusivamente a los équidos, incluyendo caballos, mulas y asnos. Esta enfermedad es causada por un lentivirus de la familia Retroviridae y se caracteriza por episodios febriles intermitentes, anemia progresiva y edemas ventrales. Una vez que un caballo se infecta, se convierte en portador de por vida, sirviendo como reservorio del virus.
Transmisión de la anemia infecciosa equina
El virus de la anemia infecciosa equina se transmite principalmente de forma mecánica a través de insectos hematófagos como las moscas del establo (Stomoxys calcitrans) y las moscas tábano (Tabanus spp. y Hybomitra spp.). Estos insectos se alimentan de la sangre de caballos infectados y, al picar a otro equino, transfieren el virus en cuestión de minutos.
Otros medios de transmisión incluyen:
- Uso de agujas e instrumentos contaminados: El uso de jeringas reutilizadas, flotadores dentales o bisturís no esterilizados puede propagar el virus.
- Transfusión de sangre infectada: Caballos que reciben sangre de un donante infectado pueden desarrollar la enfermedad.
- Transmisión vertical: Yeguas infectadas pueden transmitir la enfermedad a sus potrillos durante la gestación o mediante la leche.
Fases y síntomas de la enfermedad
La AIE presenta diferentes formas clínicas dependiendo del estado inmunológico del animal. Algunas de las manifestaciones son leves e incluso pueden pasar desapercibidas durante la fase inicial.
Forma aguda
Es la más grave y puede ser mortal. Los signos clínicos incluyen:
- Fiebre alta persistente.
- Anemia severa y debilidad extrema.
- Ictericia, debido a la destrucción de los glóbulos rojos.
- Edema con fóvea en el abdomen y extremidades.
- Heces con sangre y petequias en las mucosas.
Forma subaguda
Caracterizada por episodios recurrentes de:
- Fiebre intermitente.
- Anemia moderada.
- Edema leve.
- Pérdida de peso progresiva.
Estos síntomas aparecen y desaparecen a lo largo de la vida del animal.
Forma crónica
El caballo puede parecer en buen estado, pero sigue siendo portador del virus, representando un riesgo de contagio. Los signos incluyen:
- Anemia persistente.
- Pérdida de peso y debilitamiento progresivo.
- Fiebre esporádica.
- Edemas ocasionales.
Diagnóstico de la anemia infecciosa equina
El método principal para detectar la enfermedad es mediante pruebas serológicas. Las pruebas más utilizadas incluyen:
Test de Coggins
Es el método de referencia recomendado por la OIE (Organización Mundial de Sanidad Animal). Se basa en la prueba de inmunodifusión en gel de agar (AGID), que detecta la presencia de anticuerpos específicos contra el virus en la sangre del caballo.
Prueba ELISA
Es más rápida y sensible que el test de Coggins, pero también tiene mayor probabilidad de generar falsos positivos. Por esta razón, cualquier resultado positivo en ELISA debe confirmarse con el test de Coggins.
RT-PCR
La reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR) detecta la presencia del virus en sangre, siendo útil en:
- Confirmación de casos dudosos.
- Detección en potrillos nacidos de yeguas infectadas.
Tratamiento y control de la enfermedad
Actualmente, no existe cura ni vacuna eficaz contra la anemia infecciosa equina. Las estrategias de control incluyen:
- Aislamiento inmediato de caballos infectados.
- Notificación obligatoria a las autoridades sanitarias.
- Sacrificio en países donde la normativa lo exige.
- Control de insectos vectores mediante el uso de repelentes y fumigación.
Prevención: Cómo proteger a los caballos
- Evitar compartir agujas entre caballos.
- Realizar pruebas serológicas antes de comprar o trasladar equinos.
- Utilizar barreras físicas y repelentes contra insectos.
- Asegurar la desinfección de instrumentos quirúrgicos y dentales.
La AIE es una enfermedad devastadora para la industria equina debido a su impacto en la salud de los caballos y las restricciones sanitarias impuestas a los animales infectados. A pesar de no contar con una cura, la detección temprana y la aplicación de medidas de control pueden reducir significativamente su propagación.