La alimentación en sí, no es que interfiera para los cólicos en el caballo pero sí la ingesta y la preparación de la misma.
El tipo y la preparación de la alimentación, el estado de higiene, la conformación de la ración y la técnica en la dieta constituyen las áreas esenciales que pueden incluir factores de riesgo respecto de la generación de un cólico.
El caballo al ingerir el alimento junto con la unión de la saliva y la trituración de los alimentos incluyen en los procesos de digestión en el estómago y el paso de la ingesta. Como es sabido, el alimento balanceado es ingerido en poco tiempo y con muy poca saliva. La alimentación con elevada proporción de balanceados es criticada en vista del funcionamiento del estómago, dado que puede existir riesgo de daños de la mucosa; ello es considerado actualmente con la recomendación de limitar el suministro de almidón en cada ingesta.
Las condiciones críticas en el estómago producen cólicos que clínicamente se manifiestan durante la ingesta de alimentos o poco después de esta. Los factores críticos esenciales son:
– rápida ingesta de alimentos
– poca producción de saliva
– desequilibrio entre carga y evacuación
– fermentación forzada
– acidificación no satisfactoria
– reducción de la circulación sanguínea junto con elevada intensidad de trabajo
Por ello, los requerimientos principales que deben cumplirse en las raciones apuntan en consecuencia a la optimización cuantitativa y cualitativa del forraje seco y la limitación del suministro de almidón. La irritación del sistema nervioso entérico debe debatirse sobre factores potenciales debido a la disbacteriosis o la elevada ingestión de bacterias y hongos con el forraje.
En general, todas las secciones del tracto gastrointestinal las raciones con poca fibra y ricas en almidón, así como también aquellas estructuras celulares de hidratos de carbono de difícil digestión, son factores que promueven los cólicos en el caballo.