El caballo antes de arrimarse a otro animal lo mira, crea espacio y distancia. Los humanos por naturaleza tendemos acercarnos a ellos sin mucho sigilo. Eso hace que el equino, sienta temor e igualmente crea distancia.
El caballo es un animal que se adapta al medio que lo rodea. Siempre sobreviviendo de la mejor manera, en su medio salvaje. Sin embargo cuando el humano decide tener al caballo bajo su cuidado, lo pone al completo en sus manos.
Hay que tener en cuenta que estará dispuesto a entregarse en su totalidad siempre que el hombre lo trate con cariño y le de las condiciones adecuadas de vida. Porque desempeño del caballo no depende solamente de él, sino también del trabajo, dedicación, amor y disciplina que imponga su jinete al entrenar juntos.
Desde su domesticación, el caballo ha sido empleado para todo tipo de trabajo. Incluso actualmente, cada raza tiene un trabajo específico para el cual es más apto. Y es que no hay que olvidar que el caballo lleva milenios junto al hombre. Era muy valioso por sus cualidades: fuerza muscular, resistencia al esfuerzo, velocidad e inteligencia.
Como terapia para los humanos
Es un hecho demostrado que los caballos ayudan a los humanos a mejorar las relaciones interpersonales. El ser humano es capaz de comprender al caballo y comunicarse con él a través de gastos o sonidos. Se puede llegar a conseguir un vínculo muy estrecho y auténtico con ellos.
La terapia asistida con animales se encuentra enmarcada en las corrientes holísticas y ecológicas que promueven que un mayor contacto con la naturaleza en su manifestación tanto vegetal como animal. Puede ser una ayuda para la salida adelante en la vida de personas que se encuentran en momentos de crisis. Personas que han sufrido accidentes y para el ser humano en general tanto en la enfermedad como en la salud.